3 meses GRATIS

MALVA: Crónicas de una letra minúscula....

Crónicas de una letra minúscula.

55. Entre uvas de albillo y pimientos del padrón

Dicen que no se puede generalizar, vamos a ver el comportamiento de dos tenderos, aunque también dicen por ahí, que para muestra vale un botón, un tendero era de Toro y otro de Padrón.

Estaban, este verano, en el mercado de Toro mi cuñado Paco y mi cuñado Angel haciendo algunas compras, se dirigen a un puesto de fruta preguntándole al “BUEN” hombre que si tenía uvas de Albillo, pero de Toro, que habían oído que las Toro eran muy sabrosas, a lo que este buen hombre respondió:
- Esas de ahí, son.
- Pues pónganos un par de kilos.

Dio la casualidad, que oía esto un parroquiano toresano, ya metido en años, que pasaba por allí. Y le dice al frutero:
Pero hombre como les puedes decir a estos señores, que estas uvas son de albillo, primero que no lo son y segundo que aquí en Toro el albillo no ha madurado aún.
Ni se inmutó el tendero, siguió a lo suyo, como quién oye llover o compra un billete de metro.
Las uvas de albillo son blancas, pequeñas de color amarillo dorado, sabor dulce y aroma penetrante característico. El racimo no se presenta apretado, maduran a últimos de Agosto, unas semanas antes que la tinta de Toro.

Hace ya un montón de años, cuando se empezó a extender la fama de los pimientos de Padrón, andaban de excursión como se decía antes Miguel y Heli, por tierras coruñesas y como no podía ser menos se acercaron a Padrón.
Le dice Miguel a Heli no podemos marchar sin llevar unos pimientos, de Padrón que aquí son inmejorables, “dicho y hecho”, se acercan a una frutería, y ven expuestos un montón de pimientos.

Pónganos un par de kilos de pimientos de Padrón, que los queremos llevar a Zamora, para que coman allí cosa buena.
Les contesta el “MAL” hombre:
- No se los puedo dar, por que no tengo pimientos de Padrón.
- Como qué no, y estos pimientos que hay aquí qué son.
- Usted me ha pedido de Padrón y esos, aún siendo del mismo tipo, no son de aquí, de Padrón.
Le contesta Miguel, pues no sabe la putada que me ha hecho, si me los hubiera vendido sin decirme nada, había marchado para Zamora con los pimientos, más contento que unas castañuelas.
.
Y como todos sabéis los pimientos de Padrón, son esos pimientos verdes pequeños, que se fríen con aceite de oliva, se les echa un puñado de sal gorda, y nadie sabe él por qué. Pero “unos pican y otros non”.

Salud.