Crónicas de una letra minúscula.
51. Cristales ni uno
No había amanecido aún, cuando iba Manolito el de Humi por la fresca, con el rebaño de ovejas, carretera de Villalube adelante, cuando mira para atrás y avista un coche que viene de Malva, el coche se acerca y se acerca sin reducir la velocidad. Tu verás, Manolito con el ramal del burro en la mano, y todo el rebaño en la carretera, viendo el coche acercarse sin disminuir la velocidad.
MANOLITO- Tu verás, yo con 500 ovejas por la carretera, yo, perro, perro, perro, perro, nada, no me dio, tiempo a nada, ¡es que no me dio tiempo a nada! venga a tirar ovejas por la carretera, que llegó, cuando dio con la alcantarilla, por que iba por la derecha y de rebote pegó un talegazo, un volantazo, le pegó a la burra en to las corvas, y la burra me pega a mi, que íbamos a pie, yo al perro y los tres al suelo.
- Yo dije me caguen tal....
Se bajan del coche.
LOS DEL COCHE.- Hombre perdone Usted, que le ha pasado, lo llevamos a Zamora.
MANOLITO.- Tú verás, la burra echando sangre, yo un golpe bueno en la cadera, el perro ladrando. Que no, hombre
LOS DEL COCHE.- Que lo llevamos a Zamora.
MANOLITO.- Que no, hombre, tu verás, yo de noche con ovejas por la carretera, que vengan aquí, levanten cosas, yo lo que quería era que se marcharan de una vez y me dejaran en paz.
Y marcharon.
El caso es que, yo allí quieto, miré pa las tierras, el coche torcido el morro, el faro colgando un cacho, debajo de un alamar, del capó ¡mu mal todo!
Miré pal el suelo y aunque era de noche, nada, el caso es que, ¡CRISTALES NI UNO!, como puede ser esto decía yo, pero hombre esto si que es gorda, por que si hubiera marchado yo algún lado, que se yo, a lo mejor los de tráfico lo hubieran barrido, nada aunque era de noche, pero si hubiera habido cristales, hubieran aparecido, nada, no había nada.
Vengo paca pal pueblo, cuando según vengo, carretera adelante, cuando llego a la altura de la huerta del vasco, a la caseta Fortunato, veo un frenazo como de aquí a la bascula, cuando dije, claro, no había cristales, como iba a ver cristales.
- ¡AQUÍ HA PILLAO A OTRO!
TODOS.- Ja, ja, ja, ja. Ja, ja, ja, ja, j.......
PON.- ¿A quién?
MANOLITO.- a Miguel. A Miguel el de Piedacina, que iba en la burra, los vio venir y dijo “caguen” S. D. ¡tu pararás! ¡tu pararas! Que llevaba una burra muy cojonuda, cuando le dieron a la burra en todas las tabas, pegó un salto, palas tierras.
- ¡ALLI ESTABAN LOS CRISTALES. ¡Que allí estaban los cristales!
TODOS.- Ja, ja, ja, ja. Ja, ja, ja, ja, j.......
MIGUEL (EL CHOCOLATERO).- ¿Sabes quienes eran? Los de Villalube, los que trastornaron el día la fiesta.
HELI.- ¡Los de que apostamos!
JMG.- Aquellos a los que se le atravesó un contenedor en la mitad de la calle, y por intentar esquivarlo, quedaron con las cuatro ruedas del coche boca arriba.
PD.- Y claro, ¡CRISTALES NI UNO!
Salud.
51. Cristales ni uno
No había amanecido aún, cuando iba Manolito el de Humi por la fresca, con el rebaño de ovejas, carretera de Villalube adelante, cuando mira para atrás y avista un coche que viene de Malva, el coche se acerca y se acerca sin reducir la velocidad. Tu verás, Manolito con el ramal del burro en la mano, y todo el rebaño en la carretera, viendo el coche acercarse sin disminuir la velocidad.
MANOLITO- Tu verás, yo con 500 ovejas por la carretera, yo, perro, perro, perro, perro, nada, no me dio, tiempo a nada, ¡es que no me dio tiempo a nada! venga a tirar ovejas por la carretera, que llegó, cuando dio con la alcantarilla, por que iba por la derecha y de rebote pegó un talegazo, un volantazo, le pegó a la burra en to las corvas, y la burra me pega a mi, que íbamos a pie, yo al perro y los tres al suelo.
- Yo dije me caguen tal....
Se bajan del coche.
LOS DEL COCHE.- Hombre perdone Usted, que le ha pasado, lo llevamos a Zamora.
MANOLITO.- Tú verás, la burra echando sangre, yo un golpe bueno en la cadera, el perro ladrando. Que no, hombre
LOS DEL COCHE.- Que lo llevamos a Zamora.
MANOLITO.- Que no, hombre, tu verás, yo de noche con ovejas por la carretera, que vengan aquí, levanten cosas, yo lo que quería era que se marcharan de una vez y me dejaran en paz.
Y marcharon.
El caso es que, yo allí quieto, miré pa las tierras, el coche torcido el morro, el faro colgando un cacho, debajo de un alamar, del capó ¡mu mal todo!
Miré pal el suelo y aunque era de noche, nada, el caso es que, ¡CRISTALES NI UNO!, como puede ser esto decía yo, pero hombre esto si que es gorda, por que si hubiera marchado yo algún lado, que se yo, a lo mejor los de tráfico lo hubieran barrido, nada aunque era de noche, pero si hubiera habido cristales, hubieran aparecido, nada, no había nada.
Vengo paca pal pueblo, cuando según vengo, carretera adelante, cuando llego a la altura de la huerta del vasco, a la caseta Fortunato, veo un frenazo como de aquí a la bascula, cuando dije, claro, no había cristales, como iba a ver cristales.
- ¡AQUÍ HA PILLAO A OTRO!
TODOS.- Ja, ja, ja, ja. Ja, ja, ja, ja, j.......
PON.- ¿A quién?
MANOLITO.- a Miguel. A Miguel el de Piedacina, que iba en la burra, los vio venir y dijo “caguen” S. D. ¡tu pararás! ¡tu pararas! Que llevaba una burra muy cojonuda, cuando le dieron a la burra en todas las tabas, pegó un salto, palas tierras.
- ¡ALLI ESTABAN LOS CRISTALES. ¡Que allí estaban los cristales!
TODOS.- Ja, ja, ja, ja. Ja, ja, ja, ja, j.......
MIGUEL (EL CHOCOLATERO).- ¿Sabes quienes eran? Los de Villalube, los que trastornaron el día la fiesta.
HELI.- ¡Los de que apostamos!
JMG.- Aquellos a los que se le atravesó un contenedor en la mitad de la calle, y por intentar esquivarlo, quedaron con las cuatro ruedas del coche boca arriba.
PD.- Y claro, ¡CRISTALES NI UNO!
Salud.