Tachuela 19
Pasaron unos días y el chaval de sariana azul y el forastero del tabardo en una mano, le alquilaron la casa al de los pájaros, el joven decía ser estudioso de los pájaros y en especial de las palomas, ornitólogo, buena coincidencia y el del tabardo más mayor decía que si no encontraba un trabajo, en el pueblo lo intentaría en el invento de las placas solares de Toro, en Pevafersa. La mujer desconocida mermada de obligaciones, por que su hijo estaba ya en el Ferral cumpliendo el servicio militar, fue contratada para tareas domesticas por ambos hombres.
Por fin un día de entre semana, por la mañana, una chica del pueblo, que reside en el centro de la capital de la provincia, dice haber descifrado el enigma del mensaje encontrado por el chaval de la sariana azul, fijémonos en la coincidencia, este sobre se encontró en la puerta cochera de la chica que dice haberlo descifrado. También se puede decir, que a veces, las coincidencias, son coincidencias, y no van a ninguna parte.
Pues vuelta la burra al trigo, vuelta al pregón, vuelta a la plaza, vuelta a los pasones del Pato, vuelta a la deliberación, pero ahora se suman al pleno tres personas más, nadie pescuda que a la postre serán los más interesados pero no están empadronados, sube la chica del pueblo, que reside en el centro de la capital de la provincia, también a los pasones y ella misma lee lo siguiente:
-Cavando en el triángulo formado por el molino, el santuario y el palomar, encontraréis un cofre.
-Vuelvo a leer me había comido "en el centro" (esto es verídico, así se dijo en el foro de Malva).
-CAVANDO EN EL CENTRO DEL TRIANGULO FORMADO POR EL MOLINO, EL SANTUARIO Y EL PALOMAR ENCONTRAREIS UN COFRE.
La plaza entera se llena de una explosión de comentarios, euforia, alegría, inquietud, aplausos. Imagínense la plaza estaba a esgaya de gente, la palabra cofre no es de oír a diario.
La chica del pueblo, que reside en el centro de la capital de la provincia continúa diciendo:
- Supongo que el santuario será la ermita, el molino el bar, y el palomar los palomares.
Sin perdida de tiempo, las autoridades municipales, civiles y juez de paz, llaman a prestación personal, picos, zachos, picarros y palas no han de faltar. De pronto una voz se oye por encima del murmullo.
- ¿Antes de picar deberemos hacer el triángulo y después hay que calcular su centro?
Una suave desinquietud comienza apoderarse en todos los asistentes, menos en los otros tres que se dicen unos a otros. El juego ha comenzado.
Le dan las gracias a la chica del pueblo, que reside en el centro de la capital de la provincia, y el juez de paz, que a la postre había estado muy pensativo dice en voz alta y clara, habrá que ponerse manos a la obra, buscar el triangulo y el centro. ¿Pero se dijo y el palomar, los palomares, quién sabe hacer un triangulo entre un santuario, que será la ermita, un molino, que será el bar el molino y un palomar que será, los palomares?
Otro triangulo de miradas con luz invisible se había formado entre.....
Pasaron unos días y el chaval de sariana azul y el forastero del tabardo en una mano, le alquilaron la casa al de los pájaros, el joven decía ser estudioso de los pájaros y en especial de las palomas, ornitólogo, buena coincidencia y el del tabardo más mayor decía que si no encontraba un trabajo, en el pueblo lo intentaría en el invento de las placas solares de Toro, en Pevafersa. La mujer desconocida mermada de obligaciones, por que su hijo estaba ya en el Ferral cumpliendo el servicio militar, fue contratada para tareas domesticas por ambos hombres.
Por fin un día de entre semana, por la mañana, una chica del pueblo, que reside en el centro de la capital de la provincia, dice haber descifrado el enigma del mensaje encontrado por el chaval de la sariana azul, fijémonos en la coincidencia, este sobre se encontró en la puerta cochera de la chica que dice haberlo descifrado. También se puede decir, que a veces, las coincidencias, son coincidencias, y no van a ninguna parte.
Pues vuelta la burra al trigo, vuelta al pregón, vuelta a la plaza, vuelta a los pasones del Pato, vuelta a la deliberación, pero ahora se suman al pleno tres personas más, nadie pescuda que a la postre serán los más interesados pero no están empadronados, sube la chica del pueblo, que reside en el centro de la capital de la provincia, también a los pasones y ella misma lee lo siguiente:
-Cavando en el triángulo formado por el molino, el santuario y el palomar, encontraréis un cofre.
-Vuelvo a leer me había comido "en el centro" (esto es verídico, así se dijo en el foro de Malva).
-CAVANDO EN EL CENTRO DEL TRIANGULO FORMADO POR EL MOLINO, EL SANTUARIO Y EL PALOMAR ENCONTRAREIS UN COFRE.
La plaza entera se llena de una explosión de comentarios, euforia, alegría, inquietud, aplausos. Imagínense la plaza estaba a esgaya de gente, la palabra cofre no es de oír a diario.
La chica del pueblo, que reside en el centro de la capital de la provincia continúa diciendo:
- Supongo que el santuario será la ermita, el molino el bar, y el palomar los palomares.
Sin perdida de tiempo, las autoridades municipales, civiles y juez de paz, llaman a prestación personal, picos, zachos, picarros y palas no han de faltar. De pronto una voz se oye por encima del murmullo.
- ¿Antes de picar deberemos hacer el triángulo y después hay que calcular su centro?
Una suave desinquietud comienza apoderarse en todos los asistentes, menos en los otros tres que se dicen unos a otros. El juego ha comenzado.
Le dan las gracias a la chica del pueblo, que reside en el centro de la capital de la provincia, y el juez de paz, que a la postre había estado muy pensativo dice en voz alta y clara, habrá que ponerse manos a la obra, buscar el triangulo y el centro. ¿Pero se dijo y el palomar, los palomares, quién sabe hacer un triangulo entre un santuario, que será la ermita, un molino, que será el bar el molino y un palomar que será, los palomares?
Otro triangulo de miradas con luz invisible se había formado entre.....