Por aquel entonces, Fede andaba saliendo con una muchacha de la que no diré su nombre, sobre todo porque no llegaron a mayores. Sólo diré que el día que cortaron, Fede tiraba por el brazo de ella, hacia a la habitación, mientras ella le rechazaba con una frase, también para los anales:
- ¡Águila, que eres un águila, que sólo vienes aquí cuando tienes hambre!, le decía.
Y no le faltaba razón en cuanto a lo del hambre, sobre todo en aquellos tiempos. Para ejemplo, además de la ya referida historia de la estación de tren, con Miguel, os recordaré otro par de anécdotas de Fede.
- ¡Águila, que eres un águila, que sólo vienes aquí cuando tienes hambre!, le decía.
Y no le faltaba razón en cuanto a lo del hambre, sobre todo en aquellos tiempos. Para ejemplo, además de la ya referida historia de la estación de tren, con Miguel, os recordaré otro par de anécdotas de Fede.