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MALVA: Tachuela 16...

Tachuela 16

Cuando éramos muy pequeños se trataba de hacer una merienda a base de un chocolate, un flan, una tarta, o un brazo gitano. Lo hacíamos un año en cada casa, lo preparaba la madre del que le correspondiera. Como mucho poníamos dinero para comprar el chocolate, pues el resto, lo llevaba cada uno de su casa, solía ser un huevo, un pocillo de harina y otro de azúcar, y la leche la ponía el que tuviera vaca, o cabra. Con unos pocos años más sustituíamos el chocolate por una gallina esculada, que le comprábamos a Eduviges, o sin escular a la que te la vendieradel pueblo.
Se hacían exposiciones de las meriendas, se colocaban en una mesa al lado de una de las ventanas que dieran ala calle.
Ya más mayores se convirtieron en meriendas de pollos, conejos o corderos, y las fiestas se hacían en las casas viejas deshabitadas, con los intentos casi siempre fallidos de robar las meriendas de unas pandillas a otras.
Al día siguiente a comer las sobras, si es que había sobrado. Lo que nunca comimos, en un Domingo tortillero fue una tortilla.


Otros recuerdos

Tendría ocho o nueve años, estabamos jugando en las eras, de pronto, en el cielo apareció un artilugio parecido a un globo, pero más pequeño, no tendría metro y medio de diámetro, el artilugio estaba hecho de papel, colgaba una especie de caja más pequeña con un tímido fuego, el caso es que volaba, todos los muchachos detrás del artilugio, no se, quien lo haría, se perdió volando por el camino de Fuentesecas, no se donde pararía.

Los carnavales eran muy especiales, a parte de los disfraces, corriendo a los muchachos con los palos y las trallas por todo el pueblo, se montaban unas corridas de toros en la plazuela, de alto nivel, pero sin toros de verdad, de toro se disfrazaban dos personas, con una piel de vaca, cabeza disecada, rabo y toda la pesca, los toreros de luces por supuesto, con capas, estoques, banderillas, y todos los trances del toreo.

Un año un grupo de carnaval, recorría el pueblo, con un carro de varas, tirado por un burro, llevando un cartel, que decía:
¿QUIEN QUIERE VER EL MUNDO POR UN AGUJERO?.
Por la parte de atrás del carro estaba el agujero, si mirabas por él, veías el mundo, el culo de Momo.

En los molinos siempre tertulia

Otro lugar de interés, tertulia, encuentros y todo tipo de chascarrillos, fue siempre el molino, los lunes se comentaban las batallitas del fin de semana, y cuando no sabías donde ir, en el molino, tenías seguro al molinero, al que iba a moler, y algún parroquiano más. Molineros que recuerde fueron Amado, Jesús el del sombrero, los Toños, Toño padre y Toño hijo y de último Manolo el Sastre, que lo trasladó a su cochera y montó el Bar El Molino. También tuvo molino el panadero Tomas el Piche y su hijo Joaquín, en lo que había sido la cantina de Fermina.

Llegó un día al molino, a moler con el tractor y el remolque, de Fuentesecas el padre de.......

Continuará.
SAlud.