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MALVA: os estoy imaginando, no iriais malos! mia de donde...

Crónicas de una letra minúscula.

En fiestas por Villalube

Al hilo de la historia que contó Heli, de la manojera que quemaron en la carretera de Villalube, he recordado un viaje que hicimos con parecidas alforjas Andrés Balbino, Toño y yo. Unos años antes, habíamos ido a Villalube, pero era en verano en las fiestas, tocaban los Halcones, que por cierto, terminaron de tocar y después de una buena trapatiesa salieron a navajazos entre ellos.
Pero nosotros la gusa de las cartas la habíamos matado ya en los reservados del salón de Agélico, como lo hacíamos todos los Domingos. E íbamos a lo que íbamos, a ver si le dábamos un tiento, de los tientos que se daban en aquella época a la Panigasa y a sus amigas, que estaban de buen ver. La Panigasa era la hermana de “Corcho con corcho y caña con caña”, aguador ya nombrado, al que un accidente de vespa le arrebató un brazo.
Si se dieron los pretendidos tientos, o no se dieron no se sabrá, pues no viene al cuento, la vuelta a las cuatro de la madrugada, más o menos, fue la misma que la de ellos. Unos ratos a buen portante a pie y cuando te cansabas andando, lo que llamábamos el coche de san Fernando.
Era una noche elegante, luna llena, noche clara, muy queda, se veía casi como sí fuera de día.
Como hacía tan bueno, nosotros no reparamos en quemar las manojeras que en un futuro se quemarán, pero si paramos a coger unos buenos racimos de uvas, de los que dimos buena cuenta por el camino. Lo cual no nos impedía lo que nos interesaba, que era llegar cuanto antes a casa, vuelvo a recordar, que la distancia que separaba y separa Malva de Villalube es de 7 Kilómetros aproximadamente. Y de aquella no pasó ni un solo coche.
Pero mira tu por donde, que cuando ya nos creíamos casi en casa, a la entrada del pueblo, un poco antes de llegar a las puertas de la lechería y de la bodega de Evencio, como estaban apostados unos gitanos, en la explanada que hay según se entra a la derecha, con sus carros, acémilas y perros, antes de que nos diera tiempo a llegar a la caseta de Fortunato, se nos abalanzan ladrando los canes sobre nosotros, y piernas para que os quiero, se nos quitó la galbana volando, los unos atrochando por las tierras hacia el cementerio, pues antes no había camino y los otros en sentido contrario también por las tierras hasta coger el camino de Fuentes.
Total que llegamos a casa como decía Don Constantino párroco coadjutor de Malva, dando la comunión en la ermita a los feligreses. ¡Venís como cagajones por el río!.

Salud

os estoy imaginando, no iriais malos! mia de donde viene el dicho "venis como cagajones por el rio", si lo que no se sepa en este foro!