MALVA: A pesar de la tremenda helada que estaba cayendo, fue...
A pesar de la tremenda helada que estaba cayendo, fue arrimarle el chisquero y echar a arder la manojera entera, como si tal cosa. ¡Qué pena que no pudiéramos llenar los bolsos del abrigo con aquel calorcito, y así tener pa’l camino!.