Crónicas de una letra minúscula.
15 días
En Malva no era plan presentarse, no quería salir elegido, ni mucho menos, aunque con el tiempo tuvo una pequeña experiencia política en su pueblo de adopción, duró poco, y cuando terminó, le devolvió a la realidad, a su realidad. La política no era lo suyo, lo tenía muy claro.
Pero eran 15 días.
15 días que no tenían color.
No he entendido nunca lo de que la política tenga color.
Si tiene color, no creo que sea ninguno de los colores de las caja de pinturas “alpino”, que teníamos en la escuela.
Además en Malva se presentaba un familiar suyo, eran unas municipales, y en éstas ya se sabe que se vota más a la persona que al partido. A la persona, y por supuesto, sí las listas, se compensan entre las familias del pueblo, se sacarán mejores resultados.
Total que le ofrecieron presentarse en otro pueblo de Zamora donde había un partido que necesitaba gente para completar la candidatura. De momento no viene al caso decir que partido era, más adelante se sabrá, como también lo que pasó en esos 15 días. Lo que no sé sabrá, será el nombre del otro pueblo, que más da.
Él no había estado nunca en ese pueblo. Ni falta que hacía, o como otra diría, ni falta que le importa.
Son 15 días.
Y la política es la política, y para los que de ella viven. Y viven más de 15 días
La campaña la pasó entre virotes, ladrillos y morteros trabajando en la bodega.
Y pasaron los prolegómenos, y pasaron los 15 días.
Que no se cobraron en palabras, sino en días.
Y llegó el día de las elecciones, que no creo que fuera un 15.
Cual no sería su sorpresa, cuando fue a votar, allí estaba Mercedes del partido popular. Y le dijo:
- ¿Cómo puedes tener tanta cara? Te presentas en otro pueblo por “UCD”, vienes a votar a Malva al “PSOE”, y encima eres del “PP”.
Y con razón. La política es la política y 15 días son 15 días.
Salud.
(Esta la he sacado de la chistera).
15 días
En Malva no era plan presentarse, no quería salir elegido, ni mucho menos, aunque con el tiempo tuvo una pequeña experiencia política en su pueblo de adopción, duró poco, y cuando terminó, le devolvió a la realidad, a su realidad. La política no era lo suyo, lo tenía muy claro.
Pero eran 15 días.
15 días que no tenían color.
No he entendido nunca lo de que la política tenga color.
Si tiene color, no creo que sea ninguno de los colores de las caja de pinturas “alpino”, que teníamos en la escuela.
Además en Malva se presentaba un familiar suyo, eran unas municipales, y en éstas ya se sabe que se vota más a la persona que al partido. A la persona, y por supuesto, sí las listas, se compensan entre las familias del pueblo, se sacarán mejores resultados.
Total que le ofrecieron presentarse en otro pueblo de Zamora donde había un partido que necesitaba gente para completar la candidatura. De momento no viene al caso decir que partido era, más adelante se sabrá, como también lo que pasó en esos 15 días. Lo que no sé sabrá, será el nombre del otro pueblo, que más da.
Él no había estado nunca en ese pueblo. Ni falta que hacía, o como otra diría, ni falta que le importa.
Son 15 días.
Y la política es la política, y para los que de ella viven. Y viven más de 15 días
La campaña la pasó entre virotes, ladrillos y morteros trabajando en la bodega.
Y pasaron los prolegómenos, y pasaron los 15 días.
Que no se cobraron en palabras, sino en días.
Y llegó el día de las elecciones, que no creo que fuera un 15.
Cual no sería su sorpresa, cuando fue a votar, allí estaba Mercedes del partido popular. Y le dijo:
- ¿Cómo puedes tener tanta cara? Te presentas en otro pueblo por “UCD”, vienes a votar a Malva al “PSOE”, y encima eres del “PP”.
Y con razón. La política es la política y 15 días son 15 días.
Salud.
(Esta la he sacado de la chistera).