Recuerdo que, a mí, me daban cuarenta duros y la entrada costaba 175 pts. con consumición. De esas 175 pesetas, algunos no amortizábamos ni dos reales, por mucho que insistieran con el “Europa” de Santana o el “Hotel California” de Chicago. Tampoco nos llenaba el ojo el “Rasputin” de Boney M ni aunque estuviéramos relamiéndonos con el vodka con naranja o el 103 con batido de chocolate. Y mira que poníamos interés en el baile, aunque, con la música no tanto, porque terminábamos confundiendo a Mike Olfield con Mari Conce, como le pasó una vez a Miguel. ¿Verdad Ga?.