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MALVA: Fue el arado romano,...

Fue el arado romano,
Desde tiempo inmemorial,
En las labores del campo
Una herramienta esencial.

Aquí presento sus piezas,
Casi todas de madera;
Unas pocas son de hierro,
Unidas de esta manera:

La cama, pieza curvada,
Es la parte principal,
Se apoyan aquí las otras,
Principalmente, el dental.

Para la reja de hierro
El dental sirve de cuna.
Porta también orejeras.
En cada flanco tiene una.

Ambas tienen la función,
Según sea su largura,
De sacar muy ancho el lomo
O de hacerlo con finura.

Se le encomienda al pezcuño
La tarea primordial
De ajustar bien a la cama
Esteva, reja y dental.

El virolo le proteje
Para evitar que se raje
Cuando reciba los golpes
Para ajustar el anclaje.

Con tornillos amarradas,
Como si de una sola fuera,
Dos piezas forman la esteva.
Y en su extremo, la mancera.

La sujeta con su mano
El curtido labrador
Mientras conduce el arado
Empapado de sudor.

La telera es un hierro,
Está para reforzar,
Va del dental a la cama,
Se puede también quitar.

De las piezas, la más larga,
Es el llamado timón.
Transporta toda la fuerza
De las bestias el tirón.

Con tres velortas está
A la cama bien atado.
Sirve al labrador de guía
Para hacer recto el trazado.

A un extremo del timón
La rabera va abrazada
Con dos velortas de hierro,
Locamente enamorada.

En el otro extremo lleva
Unos cuantos agujeros
Para poner la lavija
Se les llama lavijeros.

La profundidad del surco
Depende, bien certero,
De colocar la lavija
En uno o en otro agujero.

A fin de no hacer ruido
Al ir por la carretera,
La rastra, trozo de goma,
Se coloca en la rabera.

Para que las bestias tiren
Del arado para arar,
La rabera y la lavija
En el barzón han de estar.

En un extremo un hierro,
Una vara de madera,
Y en el otro una correa,
La restola, así era.

Por un lado es una tralla,
El otro, para quitar
Lo que se pegue al arado
Y dificulte el arar.