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MALVA: Cuando llegamos al coche, Pon se disponía a meter la...

Cuando llegamos al coche, Pon se disponía a meter la llave para abrir la puerta, en el momento que uno de los mozos, que era pastor, bajito, pero pura fibra y nervio, se dio cuenta de que a Pon se le había escapado una risita y le advirtió:
-“ ¡Y tú, rubio, no te rías, que te pego dieciséis hostias que te parto el flequillo!”.
Ante tan descomunal amenaza, lo que, hasta entonces, habían sido discretas sonrisas, se tornaron, de repente, en tan escandalosas carcajadas, que tuvimos que ir a sujetarlas con unos cubatas en el bar de Honorato. Cubatas, que todos se empeñaban en pagar, los de Gallegos, los de Malva y hasta Honorato… pero eso, ya lo discutiremos en otro momento.