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MALVA: Acabada la música, cerraron la puerta del baile, ganando...

Acabada la música, cerraron la puerta del baile, ganando nuestras caderas la tranquilidad que, por los cubatas, habían ido perdiendo nuestras cabezas. A Miguel y a Pon no se les ocurrió otra cosa que, para medir la resistencia de las suyas, amocharse como los ciervos, a cabezazo limpio. Como no podía ser de otra forma, surgió la chispa. En uno de esos amochones, tiraron un taburete contra la puerta de cristal del baile, que acababan de cerrar, haciendo añicos el cristal y la paz que había reinado, hasta ese momento.
-“ ¡Ya están otra vez los de Malva, como siempre!.” Amenazaban, desde la otra punta de la barra, los mozos de Gallegos.
- “Tranquilos, que no pasa nada, decía Tsunami. Honorato, dime lo que vale el cristal y estos cubatas que has puesto, que te lo pago ahora mismo”.
-“Es que siempre estáis igual, que no tuvisteis bastante con lo de los quintos, que sois unos tal y unos cuál,” insistían lo de Gallegos.
- “ ¡Venga, coño, tranquilos!, mediaba El Pacificador, dejaros de bobadas que no ha pasado nada, que el cristal se ha roto sin querer y, si eso, se paga y punto.”