Azu, mitad incrédula, mitad entusiasmada por la tarea que el camarero, asintiendo con la cabeza, parecía estar dispuesto a evitarle, preguntó si era verdad lo que Pon había dicho. Pero Pon le corrigió, inmediatamente:
- “No, he dicho que con esta ya acabo”.
- “No, he dicho que con esta ya acabo”.