Se conoce que el taxista les había llevado a tomar la última copa, cerca del hotel, porque al día siguiente había que madrugar para ver más cosas. Se acercaron a la barra, fueron pidiendo lo que querían tomar, cerciorándose de que el camarero era griego cerrado y no entendía ni papa de ningún otro idioma. Cuando le tocó el turno a Pon, seguro de que el camarero no se iba a enterar, le dijo:
-“ ¿Me chupas el rabo?”
-“ ¿Me chupas el rabo?”