En la peña Los Zachos tenemos la sana costumbre de que, al terminar de cenar, a PON y a mi nos entren los más saludables apretones que puedan provocar las ricas viandas que acabamos de engullir. Así que, mientras el resto de peñistas se sirven sus cafés y sus copitas, nos ausentamos unos momentos con el fin de hacer sitio, él para el sol y sombra y la faria, y yo para el cubata de rigor.