Las sensaciones y los recuerdos que afloran en esos momentos son motivo más que suficiente para no perdérnoslo y para que con la presencia de unos y otros no dejemos caer en el olvido esa tradición tan arraigada en nuestro pueblo. De algún modo ese día, mantenemos vivos a nuestros padres y abuelos, en el aire y en el recuerdo de cada uno.