Siempre me gustó la lengua, y me gusta que se haga buen uso de ella. Me molesta cuando en los medios no es así, sobre todo cuando el mal uso lo hace gente que ha pasado por la universidad y ostenta títulos de periodismo. Debería haber un experto que corrigiera esas faltas, al igual que en las editoriales hay, o había, un corrector que supervisa o supervisaba todo lo que se publica o publicaba.