Lo que más abunda
Son las organizaciones erre que erre, que siempre pintan dentro del círculo, sin salirse de él, sin cuestionarse lo que están haciendo y lo que están dejando de hacer. El problema es que este modo de supervivencia por el que se rigen es el enemigo número uno de las nuevas ideas, la transformación y la innovación.
Como dice Tom Peters «las organizaciones deben ser nada menos que catedrales donde toda la gloria del poder de la imaginación y del espíritu y la inclinación emprendedora innata de diversos individuos se entrega a la búsqueda apasionada de la excelencia». Los dos antídotos contra el síndrome del erre que erre son la creatividad y el espíritu emprendedor.
Son las organizaciones erre que erre, que siempre pintan dentro del círculo, sin salirse de él, sin cuestionarse lo que están haciendo y lo que están dejando de hacer. El problema es que este modo de supervivencia por el que se rigen es el enemigo número uno de las nuevas ideas, la transformación y la innovación.
Como dice Tom Peters «las organizaciones deben ser nada menos que catedrales donde toda la gloria del poder de la imaginación y del espíritu y la inclinación emprendedora innata de diversos individuos se entrega a la búsqueda apasionada de la excelencia». Los dos antídotos contra el síndrome del erre que erre son la creatividad y el espíritu emprendedor.