También en mi casa le comprabamos la leche a Aquilina, y antes se la habíamos comprado a mi tía Poli y a Emérita. La última lechera era de plástico verde y con asa blanca y a mi me encantaba girarla a gran velocidad intentando que la leche no se cayera, cosa que casi nunca conseguía con la consiguiente broca materna o algo más.