Carta de protesta de una enzima airada.
Hola foro de Malva. Me llamo Transaminasa y soy una enzima de Abezames que pasaba mucho por Malva en el coche de Valero, cuando estaba de cobrador nuestro querido Francisco. Iba todos los lunes a estudiar al Corazón de María y volvía los viernes a pasar el fin de semana en mi pueblo. Luego pasé muchos años en Socuéllamos, provincia de Zurrial, donde abrí una tienda de gabardinas para gambas. No me fue mal del todo así que con unos pequeños ahorrillos he arreglado una casa vieja en Abezames, donde vivo ya jubilada.
El motivo de dirigirme a vosotros no es otro que el de manifestar mi profundo disgusto por los comentarios vertidos, por un triglicérido atribulado, acerca de lo malas que somos para el organismo. Señor Triglicérido de los Cojones sepa usted que, aunque modesta, tenemos nuestra función y que no le engañe nuestro aspecto, con la cara llena de granos y eso. No somos tan malas.
Como sabe, vivimos en el hígado, un sitio reducido y negro y no andamos saliendo por todo el cuerpo como ustedes. Que es que no paran, todo el día dando vueltas por esas arterias de Dios. No hacemos otra cosa que transformar sustancias y si damos en crecer y crecer no es porque queramos. Estamos un poco hartas de escuchar lo mismo de siempre: que si me liaron, que si me encontré a fulanito que hace mucho que no lo veía, que si se puso pesao, etc, etc. ¡Cursiladas y mamarrachadas! ¿Acaso tenemos nosotras la culpa de que esté todo el día dale que te pego a las grasas, al alcohol y a los drogas este bandarra de marido mío, como se suele decir? ¡No señora, no!
Así que usted verá lo que hace pero yo ya se lo he dicho. No me venga luego que si yo no lo sabía, que si no se lo avisé: “El que se come las tajadas que se beba el caldo”.
Atentamente, Transaminasa Hipotóxica. (Abezames).
Hola foro de Malva. Me llamo Transaminasa y soy una enzima de Abezames que pasaba mucho por Malva en el coche de Valero, cuando estaba de cobrador nuestro querido Francisco. Iba todos los lunes a estudiar al Corazón de María y volvía los viernes a pasar el fin de semana en mi pueblo. Luego pasé muchos años en Socuéllamos, provincia de Zurrial, donde abrí una tienda de gabardinas para gambas. No me fue mal del todo así que con unos pequeños ahorrillos he arreglado una casa vieja en Abezames, donde vivo ya jubilada.
El motivo de dirigirme a vosotros no es otro que el de manifestar mi profundo disgusto por los comentarios vertidos, por un triglicérido atribulado, acerca de lo malas que somos para el organismo. Señor Triglicérido de los Cojones sepa usted que, aunque modesta, tenemos nuestra función y que no le engañe nuestro aspecto, con la cara llena de granos y eso. No somos tan malas.
Como sabe, vivimos en el hígado, un sitio reducido y negro y no andamos saliendo por todo el cuerpo como ustedes. Que es que no paran, todo el día dando vueltas por esas arterias de Dios. No hacemos otra cosa que transformar sustancias y si damos en crecer y crecer no es porque queramos. Estamos un poco hartas de escuchar lo mismo de siempre: que si me liaron, que si me encontré a fulanito que hace mucho que no lo veía, que si se puso pesao, etc, etc. ¡Cursiladas y mamarrachadas! ¿Acaso tenemos nosotras la culpa de que esté todo el día dale que te pego a las grasas, al alcohol y a los drogas este bandarra de marido mío, como se suele decir? ¡No señora, no!
Así que usted verá lo que hace pero yo ya se lo he dicho. No me venga luego que si yo no lo sabía, que si no se lo avisé: “El que se come las tajadas que se beba el caldo”.
Atentamente, Transaminasa Hipotóxica. (Abezames).
¡Vivan los quintos de la peña El candil... y los leucocitos!
Hola amigos de Malva. El otro día, en la peluquería de Florentino, en Toro, oí decir que si ya están los de Malva faltando, que si siempre son los mismos, que si se habían metido con una de Abezames,...
Antes que nada quiero decirles que me llamo Eosinófilo y soy un leucocito de “Pozantigo”. Líbreme Dios de faltarle al respeto a nadie, pero es que es verdad, hombre. Siempre están igual estos de Malva. Son una miaja faltosos y siempre se están riendo de uno. Y luego tienen otra cosa: como te vean aparecer por Malva te ponen un mote por menos de nada.
Ahora, tampoco es para ponerse como se ha puesto la señora Transaminasa, que se ha puesto como un basilisco. Pues si eres una enzima y no puedes salir del hígado, pues te aguantas y no sales.
Eosinófilo (“Pozantigo”)
Hola amigos de Malva. El otro día, en la peluquería de Florentino, en Toro, oí decir que si ya están los de Malva faltando, que si siempre son los mismos, que si se habían metido con una de Abezames,...
Antes que nada quiero decirles que me llamo Eosinófilo y soy un leucocito de “Pozantigo”. Líbreme Dios de faltarle al respeto a nadie, pero es que es verdad, hombre. Siempre están igual estos de Malva. Son una miaja faltosos y siempre se están riendo de uno. Y luego tienen otra cosa: como te vean aparecer por Malva te ponen un mote por menos de nada.
Ahora, tampoco es para ponerse como se ha puesto la señora Transaminasa, que se ha puesto como un basilisco. Pues si eres una enzima y no puedes salir del hígado, pues te aguantas y no sales.
Eosinófilo (“Pozantigo”)