Casi que le pido permiso a Heli por lo que voy a colgar a continuacion, pues me da que si lo lee Miguel lo mismo lo quiere meter en su "Enciclopedia", si nom la ha hecho ya. Es un sucedido entre Eugenio (El Chocolatero) y Paulino el hermano de Sagrario, espero que os guste.
! Feliz puente a todos los que lo tengais!
TRATO
Contáronmelo en el bar
Y el asombro aun me dura,
La cosa fue de locura
Como se puede apreciar.
No se trata de matar
Ni guerras entre vecinos,
Ni de crueles desatinos
Ni de juicios ni adulterio,
No es el asunto tan serio
Ni somos todos cretinos.
Mas el asunto merece
Ser honrado y conocido
Por todo hombre aquí nacido,
Por el niño que ahora crece,
Por el viejo que aparece
Envuelto en capa de paño,
Por la vieja que a sus años
Aun critica y murmura,
Por la joven de hermosura
Que ni merma ni decrece.
Porque es raro y asombrante
Cuando, sin pensar, te enteras
Entre nuevas y primeras
Y sin estar vigilante,
De algo que ocurre durante
Tu periodo de trabajo
Y es algo que hasta al más majo
Le hace bailar el sombrero,
El ver que “El Chocolatero”
Compre burros a destajo.
La otra mañana ocurrió,
Susto me da el describirlo,
Sin pensarlo ni sentirlo
El del cacao se lanzo
De la cama y se vistió,
Pues le fueron a llamar
Para irse pronto a sembrar
De cebada una parcela
Que perteneció a una abuela
Y su mujer fue a heredar.
Nunca paso por mi mente
Que, para una tierra sembrar,
Forzoso tenga que usar
De cualquier disfraz la gente;
Ni “pa” evitar el relente
De una mañana no fina,
Pues hace un frío que trina
Y un mal tiempo catarral,
Hay que hacer el carnaval
Sembrando con gabardina.
Y majos… ¡Que gabardina!.
No tenía muchos roces
Mas iba pidiendo a voces
Una mano de bencina.
Apestando a naftalina
Desde cualquier promontorio
Con las voces y el jolgorio,
Con el saco y el sombrero,
Nuestro buen chocolatero
Se parecía a Gregorio.
Uno de Vezdemarban
Que vende pieles de conejo,
No muy joven sino viejo
Pero, que si se los dan,
Come diez kilos de pan
Y una docena de huevos,
Los platos los deja nuevos
De limpiar y arrebañar
Y no creáis que da a probar
Aunque le vengan con ruegos.
A ese, pues, se parecía
El sujeto del relato
Ambos de locos un rato
Por la noche y por el día.
Con Gumer de compañía
Pronto volvió de sembrar,
Y, entre charlas y fumar,
Se fue amasando el negocio
Pues Gumer es un buen socio
Con el que hay que contar.
Tomando el sol allí estaba
Pobre victima inocente,
Allá charlando inconsciente
De lo que se preparaba.
Y la cosa se cantaba
Porque estos dos que hilan fino
Con seda, algodón o lino
¿No iban a hacer estropicio,
Si el mártir, mas que propicio,
Encima se llama Paulino?.
Tan pronto como lo guipo,
Calándose hondo el sombrero
Lanzase “El Chocolatero”
A por el y voceo,
Con un gesto lo llamo
A que viniese a su lado,
Paulino, mas que asombrado
Pues no conoce al llamante,
Se acerca raudo al instante
Receloso e intrigado.
¿Sus mulas quiere vender?
Usando su mejor labia.
Paulino, que siguen en Babia
Pues no acierta a conocer
A aquel estrafalario ser
Que no muestra su talante
Con el ala por delante
Para sus ojos tapar,
Así tenemos, sin pensar,
A Eugenio hecho un tratante.
¡Las mulas, no!, dice Paulino,
Mas Gumer que se halla al quite,
Antes que acabe repite
Con acento sibilino…
¡Pero te vende el pollino!.
¡Ese si que lo vendo!,
Dice Paulino creyendo
Que el del chapo picaría
Y unos miles sacaría
Que ya los estaba viendo.
Pues no perdamos el rato
Que es oro cualquier momento,
Veamos pues el jumento
Para sellar nuestro trato.
Y Paulino hecho un jabato,
Altivo como un “Veragua”
Y con la boca hecha agua
Ya que es hombre de negocio,
Invita a verlo a los socios,
Mas Gumer queda en la fragua.
Y el que vende y el tratante
Toman el camino afines,
Cortan por “Los Corralines”
Para llegar cuanto antes.
Paulino un poco delante
Y el otro mas retrasado,
Evita el ir a su lado
Por no ser reconocido.
Uno esta como dormido
El otro… ¡un espabilado!.
Siguen, siguen sin parar,
Con la distancia guardando,
Firmes los dos, caminando
Sin mirarse y sin hablar.
Después de un rato de andar
Con las dos bocas cerradas,
Tras unas casas pasadas,
Paulino dice hecho un higo.
¿Es de lejos el amigo?
Soy… de Fuentespreadas.
Estalla entonces el cohete,
Paulino se vuelve inquieto,
Yo no salgo ni me meto
Mas Eugenio esta en un brete,
Y aunque los labios apriete
Estalla al fin la carcajada,
Potente, clara y sonada
Que por la calle resuena,
Paulino esta hecho una pena
Al ver como se apagaba
Aquella noble ilusión
De deshacerse del burro
Que todo había sido un churro
Preparado de intención.
Y preso de indignación,
Feroz piensa en el castigo
De pincharle en el ombligo
A quien no cesa de reír,
Mas solo acierta a decir
¡Ya no sigo! … ¡Ya no sigo!.
Y aquí termina la historia
Que ocurrió en estos lugares
Digna de lindos juglares
Que en el pueblo ha hecho memoria.
Que lo mismo que una noria
Vueltas y vueltas va dando,
Todo el mundo comentando
Llegando a la conclusión
Que el tratante es un guasón
Y Paulino esta mamando.
MORALEJA:
Recela y no hagas bobadas
Cuando el burro has de vender
Si el que compra dice ser
Natal de Fuentespreadas.
! Feliz puente a todos los que lo tengais!
TRATO
Contáronmelo en el bar
Y el asombro aun me dura,
La cosa fue de locura
Como se puede apreciar.
No se trata de matar
Ni guerras entre vecinos,
Ni de crueles desatinos
Ni de juicios ni adulterio,
No es el asunto tan serio
Ni somos todos cretinos.
Mas el asunto merece
Ser honrado y conocido
Por todo hombre aquí nacido,
Por el niño que ahora crece,
Por el viejo que aparece
Envuelto en capa de paño,
Por la vieja que a sus años
Aun critica y murmura,
Por la joven de hermosura
Que ni merma ni decrece.
Porque es raro y asombrante
Cuando, sin pensar, te enteras
Entre nuevas y primeras
Y sin estar vigilante,
De algo que ocurre durante
Tu periodo de trabajo
Y es algo que hasta al más majo
Le hace bailar el sombrero,
El ver que “El Chocolatero”
Compre burros a destajo.
La otra mañana ocurrió,
Susto me da el describirlo,
Sin pensarlo ni sentirlo
El del cacao se lanzo
De la cama y se vistió,
Pues le fueron a llamar
Para irse pronto a sembrar
De cebada una parcela
Que perteneció a una abuela
Y su mujer fue a heredar.
Nunca paso por mi mente
Que, para una tierra sembrar,
Forzoso tenga que usar
De cualquier disfraz la gente;
Ni “pa” evitar el relente
De una mañana no fina,
Pues hace un frío que trina
Y un mal tiempo catarral,
Hay que hacer el carnaval
Sembrando con gabardina.
Y majos… ¡Que gabardina!.
No tenía muchos roces
Mas iba pidiendo a voces
Una mano de bencina.
Apestando a naftalina
Desde cualquier promontorio
Con las voces y el jolgorio,
Con el saco y el sombrero,
Nuestro buen chocolatero
Se parecía a Gregorio.
Uno de Vezdemarban
Que vende pieles de conejo,
No muy joven sino viejo
Pero, que si se los dan,
Come diez kilos de pan
Y una docena de huevos,
Los platos los deja nuevos
De limpiar y arrebañar
Y no creáis que da a probar
Aunque le vengan con ruegos.
A ese, pues, se parecía
El sujeto del relato
Ambos de locos un rato
Por la noche y por el día.
Con Gumer de compañía
Pronto volvió de sembrar,
Y, entre charlas y fumar,
Se fue amasando el negocio
Pues Gumer es un buen socio
Con el que hay que contar.
Tomando el sol allí estaba
Pobre victima inocente,
Allá charlando inconsciente
De lo que se preparaba.
Y la cosa se cantaba
Porque estos dos que hilan fino
Con seda, algodón o lino
¿No iban a hacer estropicio,
Si el mártir, mas que propicio,
Encima se llama Paulino?.
Tan pronto como lo guipo,
Calándose hondo el sombrero
Lanzase “El Chocolatero”
A por el y voceo,
Con un gesto lo llamo
A que viniese a su lado,
Paulino, mas que asombrado
Pues no conoce al llamante,
Se acerca raudo al instante
Receloso e intrigado.
¿Sus mulas quiere vender?
Usando su mejor labia.
Paulino, que siguen en Babia
Pues no acierta a conocer
A aquel estrafalario ser
Que no muestra su talante
Con el ala por delante
Para sus ojos tapar,
Así tenemos, sin pensar,
A Eugenio hecho un tratante.
¡Las mulas, no!, dice Paulino,
Mas Gumer que se halla al quite,
Antes que acabe repite
Con acento sibilino…
¡Pero te vende el pollino!.
¡Ese si que lo vendo!,
Dice Paulino creyendo
Que el del chapo picaría
Y unos miles sacaría
Que ya los estaba viendo.
Pues no perdamos el rato
Que es oro cualquier momento,
Veamos pues el jumento
Para sellar nuestro trato.
Y Paulino hecho un jabato,
Altivo como un “Veragua”
Y con la boca hecha agua
Ya que es hombre de negocio,
Invita a verlo a los socios,
Mas Gumer queda en la fragua.
Y el que vende y el tratante
Toman el camino afines,
Cortan por “Los Corralines”
Para llegar cuanto antes.
Paulino un poco delante
Y el otro mas retrasado,
Evita el ir a su lado
Por no ser reconocido.
Uno esta como dormido
El otro… ¡un espabilado!.
Siguen, siguen sin parar,
Con la distancia guardando,
Firmes los dos, caminando
Sin mirarse y sin hablar.
Después de un rato de andar
Con las dos bocas cerradas,
Tras unas casas pasadas,
Paulino dice hecho un higo.
¿Es de lejos el amigo?
Soy… de Fuentespreadas.
Estalla entonces el cohete,
Paulino se vuelve inquieto,
Yo no salgo ni me meto
Mas Eugenio esta en un brete,
Y aunque los labios apriete
Estalla al fin la carcajada,
Potente, clara y sonada
Que por la calle resuena,
Paulino esta hecho una pena
Al ver como se apagaba
Aquella noble ilusión
De deshacerse del burro
Que todo había sido un churro
Preparado de intención.
Y preso de indignación,
Feroz piensa en el castigo
De pincharle en el ombligo
A quien no cesa de reír,
Mas solo acierta a decir
¡Ya no sigo! … ¡Ya no sigo!.
Y aquí termina la historia
Que ocurrió en estos lugares
Digna de lindos juglares
Que en el pueblo ha hecho memoria.
Que lo mismo que una noria
Vueltas y vueltas va dando,
Todo el mundo comentando
Llegando a la conclusión
Que el tratante es un guasón
Y Paulino esta mamando.
MORALEJA:
Recela y no hagas bobadas
Cuando el burro has de vender
Si el que compra dice ser
Natal de Fuentespreadas.
