No puedo dejar pasar la oportunidad de mandar un emocionado recuerdo al Suker y Bebeto, aquellos dos pegos que crió mi padre y que tanto dieron que hablar por todo el pueblo. Uno de ellos falleció en trágicas circunstancias causando un enorme disgusto en todo el pueblo. “ ¡No somos nadie! Ayer murió una vaca en Peleas”, se solía decir en estos casos, aunque de la boca de mi padre, seguro que salió un “ ¡Bah, no iba a ser eterno!”.
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