luego lo atravesábamos en la contraria quedando los cuadros de las casas con unas pequeñas chinas que hacían las veces de los melones y las sandías. Arábamos la viña. Ya usábamos los tractores y los remolques, de remolque no servíamos de las típicas latas de sardinas, de las pequeñas, de tractor las de melocotón, con una punta y una piedra las agujereábamos y mediante alambre enganchábamos el tractor al remolque para que tirara de él. O de los trillos que eran dos trozos de tabla cualquiera. Las bolsas