de los baños en las buchinas, la de Evencio era la mas limpia, de las picardías de las norias cuando llenábamos los cangilones de agua y soltábamos el trinquete quedando loca la noria, que no te pillara los riñones, de churro, media manga y manga entera, de terminar de derribar algún cabañal que ya estaba medio caído en las peñas, de derribar alguna que otra barandilla, de los de arriba contra los de abajo apedreándonos, de las batallas campales con trozos de girasoles en la plaza en vísperas de fiestas, de las tabas, hoyos, tabas, picos y fondos, del pañuelo, de la comba, de los santos contra las paredes, de coleccionar todo tipo de cromos que nos vendían en los bares o mismamente