En esta cruz de los caídos, que no se por que caídos, se arremolinaba medio pueblo, con el alcalde Evencio a la cabeza entonando “el cara al sol” y depositando una corona, que el tiempo y las cabras a veces, eran los encargados de quitar.
Las paredes de la habitación eran azules, hoy son blancas, el techo hoy raso, entonces era de machones de madera y tabla amachimbrada.
Las paredes de la habitación eran azules, hoy son blancas, el techo hoy raso, entonces era de machones de madera y tabla amachimbrada.