En Malva, por aquel entonces, se había ido ya la mayor parte de la gente a Guernica, Vitoria y Madrid a perderse la novena y la misa del 12 sin que nada haya hecho nada ni por evitar su marcha, ni por animarles al regreso. Alguna subvención más, alguna industria más (no muchas, que lo ponen todo perdido), algunos servicios más, si que nos hubieran venido para que ahora no tuviéramos que lamentarnos de habernos quedado sin los familiares que nos ha quitado el tiempo, sino también de quedarnos sin pueblo.