MALVA: Mas ¡cómo podrá dormir!...

Mas ¡cómo podrá dormir!
que y ala mano siniestra
que clavó un fiero verdugo,
nervios y ternillas suenan.
Poned, alma, el corazón,
si llegar a Cristo os dejan;
entre la cruz y la mano
porque os claven con ella.
Mas ¡ay Dios! que y ale tiran
de la mano que no llega
al barreno que a la cruz
hicieron la suyas fieras.