¡Ay divina madre suya!
si ahora llegáis a verle
en tan miserable estado
¿quién ha de haber que os consuele?
Mirad reina, reina de los cielos,
si el mismo Señor es este,
cuyas carnes parecían
de azucenas y claveles.
Mas ¡ay madre de piedad!
que sobre la cruz le tienden
para tomar la medida
por donde los clavos entren.
si ahora llegáis a verle
en tan miserable estado
¿quién ha de haber que os consuele?
Mirad reina, reina de los cielos,
si el mismo Señor es este,
cuyas carnes parecían
de azucenas y claveles.
Mas ¡ay madre de piedad!
que sobre la cruz le tienden
para tomar la medida
por donde los clavos entren.