La novelística de Miguel Delibes limita en sus albores con Pedro, el tierno protagonista de 'La sombra del ciprés es alargada' (1948) que su madre deja en régimen de pupilaje en la ciudad de Avila, y su último eslabón es Cipriano Salcedo, quien paga en la hoguera su osadía heterodoxa como evocó el escritor vallisoletano en su última novela, 'El hereje' (1998). En el medio queda una de las galerías de personajes más ampliamente reconocida, estudiada e identificada por la crítica y los lectores, como así lo acredita la elevada cifra de tesis doctorales, estudios y ediciones de sus libros.