Para daros golpes fieros
os cubren, porque imagino
que como sois tan hermoso
no se atreven sin cubriros.
Los hombres, Señor, se ciegan,
que piensan que sus delitos
no verá quien siendo Dios
ve los pensamientos mismos.
Para daros bofetadas
el hombre os hace adivino;
pues dice que adivinéis
las manos que os han herido.
Yo he sido, dulce Jesús,
yo he sido, dulce bien mío
quien en vos puso las manos
con mis locos desatinos.
os cubren, porque imagino
que como sois tan hermoso
no se atreven sin cubriros.
Los hombres, Señor, se ciegan,
que piensan que sus delitos
no verá quien siendo Dios
ve los pensamientos mismos.
Para daros bofetadas
el hombre os hace adivino;
pues dice que adivinéis
las manos que os han herido.
Yo he sido, dulce Jesús,
yo he sido, dulce bien mío
quien en vos puso las manos
con mis locos desatinos.