Ayer fuí a ver el Duero y está imponente. Los paseos están anegadicos del todo. En una pequeña isla que hay, mejor dicho había, junto al puente de hierro, hay un caseto construido con cajas y tablones, de un Robinsón que cruza el rio andando y se pasa allí las horas como el que va a su finquita de recreo. El caseto todavía seguía en pié ayer, aunque algo mermado, ya que la fuerza del agua se va llevando los materiales que lo forman poco a poco. La isla está arrasada totalmente. Las Zudas, o Azudas, como dicen otros, (esas peqeñas cascadas que atraviesan el rio longitudinalmente de vez en cuando, para reconducir el agua a las aceñas), están casi al ras del resto del agua. La fuerza con la que el agua baja es impresionante.
yo lo vi la semana pasada, a mi me da miedo, como se nota que somos de secano