El burro delante para que no se espante.
Hace referencia a la descortesía de nombrar a varias personas, poniéndose delante de todos ellos nuestro nombre. Siempre nos debemos nombrar en último término (por ejemplo, íbamos Juan, Pedro, Alberto y yo; pero no decir, íbamos yo, Juan, Pedro y Alberto).
Quien al poderoso adula, no ensalza, sino especula.
Indica que la cortesía fingida a muchas personas de dinero, solo tienen un interés material de fondo, y no una cortesía espontánea. De parecido significado sería: "Al santo, por la peana", aludiendo a que nos interesamos por la posición o cargo de las personas y no por su persona.
Quien tiene tejado de vidrio, no tire piedras al de su vecino.
No se debe criticar nunca a nadie (es de mala educación) y aún menos cuando nosotros no somos precisamente un dechado de virtudes.
El hombre discreto, alaba en público y amonesta en secreto.
Alude a la fea costumbre que se tiene en muchos casos de reprender en público delante de otras personas (cosa muy poco educada), por malos modales, falta de respeto, error cometido, etc. Se debe reservar cualquier reprimenda o amonestación para el ámbito privado.
Hace referencia a la descortesía de nombrar a varias personas, poniéndose delante de todos ellos nuestro nombre. Siempre nos debemos nombrar en último término (por ejemplo, íbamos Juan, Pedro, Alberto y yo; pero no decir, íbamos yo, Juan, Pedro y Alberto).
Quien al poderoso adula, no ensalza, sino especula.
Indica que la cortesía fingida a muchas personas de dinero, solo tienen un interés material de fondo, y no una cortesía espontánea. De parecido significado sería: "Al santo, por la peana", aludiendo a que nos interesamos por la posición o cargo de las personas y no por su persona.
Quien tiene tejado de vidrio, no tire piedras al de su vecino.
No se debe criticar nunca a nadie (es de mala educación) y aún menos cuando nosotros no somos precisamente un dechado de virtudes.
El hombre discreto, alaba en público y amonesta en secreto.
Alude a la fea costumbre que se tiene en muchos casos de reprender en público delante de otras personas (cosa muy poco educada), por malos modales, falta de respeto, error cometido, etc. Se debe reservar cualquier reprimenda o amonestación para el ámbito privado.