Cuando llegaba a casa, caliente con alma, como era natural con tanta caña, le decía la mujer:
- ¡Anda, que vienes bueno!
Y el contestaba:
-Habría que ver cómo vendrías tú, si hubieras bebido lo que yo.
- ¡Anda, que vienes bueno!
Y el contestaba:
-Habría que ver cómo vendrías tú, si hubieras bebido lo que yo.