Vinieron, los cuatro a hacernos una visita a Malpartida y la primera tarde, como es natural estuvimos haciendo planes sobre cómo pasar el rato lo mejor posible para que hicieramos hambre al tiempo que veíamos algunas cosas. Hablábamos sobre la posibilidad de cenar en casa, al regreso de la vuelta que diéramos o aprovechar, ya que estábamos en la calle, para cenar en algún restaurante. Ya veríamos a ver qué hacíamos porque, de momento, no quedaba claro.