En una de las lumbres que chiscábamos para no pasar frío, ardió el recrinatorio que luego dio origen a la novela del foro. Era de Paco, pero eso no fue óbice para que, su hermano, lo hiciera añicos de un pisotón y lo echara a la lumbre. ¡Vamos, ni óbice, ni leches!. “ ¿Que no arde?, decía Jesús, Verás como si arde el puñetero recrinatorio.