Aunque no viene al caso, por ser otros los protagonistas de la crónica de hoy, me parece digno de recordar lo que disfrutaban, con un vinico y un pinchico de callos, mi tío Emilio, mi tío Nino y mi padre, haciendo recaos por Toro. ¡Daba gusto verlos!. Así que, no sería menos lo que disfrutaba Eugenio.