Cuando un barco con bandera cubana, llega a un puerto sueco en domingo, dos marineros cubanos de esos muy católicos, fueron a una iglesia y como no entendían el idioma, decidieron hacer lo que hacia un caballero que estaba sentado al lado de ellos. En un momento del sermón en que el caballero se puso de pie, los dos marineros hicieron lo mismo y la concurrencia entera estallo en una carcajada. Terminada la misa, los dos marineros fueron a ver al sacerdote, que hablaba un poco de español, para preguntarle por que se había reído toda la gente.
-"Es que estaba yo anunciando las amonestaciones de una boda y como es costumbre aquí - les explicaba amablemente el padre - se pregunta siempre, que quien es el padre de la novia y debe de ponerse de pie".
-"Es que estaba yo anunciando las amonestaciones de una boda y como es costumbre aquí - les explicaba amablemente el padre - se pregunta siempre, que quien es el padre de la novia y debe de ponerse de pie".