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MALVA: Con la primera noche de vísperas, muchos de los cacharros...

Con la primera noche de vísperas, muchos de los cacharros musicales, se esbarataron tanto por los porrazos, que hubo que irlos cambiando por otros, de manera que ya empezaban a escasear. No era plan andar buscando por los regatos, pero quisieron los dioses que en el transcurso del tradicional partido de solteros contra casados que estábamos disputando en la era de Zenón, el balón se marchara fuera del campo, yendo a parar al rebanzón del regato o al mudadal de mi padre (como en todos los mitos y leyendas hay discrepancias acerca del lugar exacto del hallazgo, razón por la cual no ha habido acuerdo ninguno en el emplazamiento de la estatua conmemorativa). En busca del balón acudió Poli que estaba jugando de portero y al agacharse a por el esférico, tropezó, casi sin querer, con algo que le llamó la atención más que el propio balón y que el fútbol entero. Era una lata de aceite de tractor vacía. Cegado por su visión, se agachó, la tomó en su mano y ante el estupor de los allí presentes, exclamó: ” ¡CA, UN ZACHO!“. A partir de ese momento dimos en llamar zacho a todo instrumento que hiciera ruido y a todo miembros de dicha peña, cuya sede se ha establecido, en la panera dónde se cree que cagó Domicio.