Y la mitad de la cena, sentado Jerónimo, al lado de Sami, dándole conversación.
Le dejaráis una propina que no la saltan ni los betos ¿no?
Sí, por que nos dejo elegir mesa.
Estabamos solos.
Estabamos solos.
Anda que si, en vez de Jerónimo, son Miguel y Pon los que tiene que atender a tres alipendes como vosotros, no se les prepararían de todos los colores...
Pues tendrían que andar con cuidado con las alitas de pollo.