Conseguimos dar dos días de fiesta a todo el pueblo, contando con la colaboración de todos, claro está, que nos consumían lo que fuera, aunque nosotros les consumiéramos a ellos la paciencia. El lunes de resaca, hicimos caja, guardamos todo el género que nos sobró y lo apilamos en espera de que viniera el camión para devolver lo que no habíamos consumido. En esto que alguien le dio al play de un radiocasette que teníamos en el bar y empezó a sonar una cinta de “Manzanita”. Abrimos una cervecita para celebrar que habíamos terminado de recoger y no sé quien se acordó de que, en algún regato, estaban las latas de conservas obtenidas en una de las travesuras del verano.
-... y si vamos a buscarlas, las abrimos y merendamos aquí, tan ricamente.
- ¡Lo que dices! ¡a por ellas!
-... y si vamos a buscarlas, las abrimos y merendamos aquí, tan ricamente.
- ¡Lo que dices! ¡a por ellas!