El día de la víspera, habíamos quedado en negociar con un tal Ángel, apodado el Listo, de Monforra (Monfarracinos, en google earth) el dinero que nos daría por atender el bar que habíamos instalado en las escuelas para sacar fondos para pagar el baile. Le habíamos comprado a Matías Rosete Pardo, el de las gaseosas “La Revoltosa” de Toro, todo el género necesario para abastecer de cubatas a Malva, Bustillo, Fuentes y más de medio Matilla y nos disponíamos a montar el mostrador al tiempo que porfiábamos, todo lo que podíamos con El Listo. Tras más de tres o cuatro horas de negociación, no tuvimos más remedio que mandarlo a tomar por culo de allí, que ya nos haríamos nosotros cargo de despachar el género. Higinio y Javi el de Don Carlos hicieron un trabajo fuera de lo normal porque al resto, nos entraban las ganas de mear en cada descanso del baile, cuando más clientes llegaban, y no volvíamos hasta que se reanudaba el baile.