CRÓNICAS DE UN PUEBLO (Herminio)
En mi pueblo (Malva) dejó de jugarse a los petacos cuando yo llegué a la mocedad, a finales de la década de los 60: el fútbol arrasó con todo.
El juego requería de:
-los “petacos” (Cada uno de los dos discos pequeños de metal que se lanzan para derribar la tarusa)
-la “tarusa” (Pedazo de madera, de forma cilíndrica, con estrechamiento en la parte central. Solía ceñirse con un alambre enroscado para evitar que, al ser derribada por un petaco, corriera excesivamente)
-el "pate" (franja de terreno, longitudinal, lo más llana posible para que los petacos pudieran deslizarse con regularidad)
En mi pueblo (Malva) dejó de jugarse a los petacos cuando yo llegué a la mocedad, a finales de la década de los 60: el fútbol arrasó con todo.
El juego requería de:
-los “petacos” (Cada uno de los dos discos pequeños de metal que se lanzan para derribar la tarusa)
-la “tarusa” (Pedazo de madera, de forma cilíndrica, con estrechamiento en la parte central. Solía ceñirse con un alambre enroscado para evitar que, al ser derribada por un petaco, corriera excesivamente)
-el "pate" (franja de terreno, longitudinal, lo más llana posible para que los petacos pudieran deslizarse con regularidad)