En el “Gua”, cada jugador apostaba su canica detrás de algún obstáculo y el que salía desde el gua, trataba de darle a alguna de ellas, contando una cuarta desde la salida. Si acertaba con la canica, le quedaba volver otra vez al gua y, si lo conseguía, eliminaba la canica alcanzada. Y así sucesivamente hasta que se hacía con todos los adversarios.