Una vez, una pega le preguntó a Angélico por una mujerica de
Toro que venía a vender, que se llamaba María, porque hacía mucho que no aparecía por
Malva. A lo que Angélico le respondió: Está mu malica la pobre, orina como meaos. Y la pega muy compungida dijo: Miá la pobre.