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MALVA: Tachuela 73...

Tachuela 73

El chaval andaluz de sariana azul y bicicleta, viendo que el furgón tenía dos ruedas sin aire, fue corriendo al molino a por el Citroen, al llegar a este, se le vino el mundo encima, le sucedía lo mismo, dos ruedas sin aire, rascándose la cabeza, en un síntoma de desesperación completa, cabizbajo, oye de repente que le está voceando la mujer desconocida de Toro con un hijo en el Ferral, desde el palomar

- Vamos date prisa con el coche, las campanas van a despertar a medio pueblo.

- Tiene también dos ruedas picadas, no hay nada que hacer, solo nos que da, salir corriendo, de este puto pueblo.

De pronto, dice la mujer desconocida de Toro con un hijo en el Ferral
- Se ve un coche en el camino, que baja hacía ese pueblo.

- ¿Dónde?

- Por este camino al lado del palomar.

Se dirige hacia el palomar, a la vez que llegaba el forastero, con el tabardo en la mano, gallego de Combarro.

- No tardaran en llegar los del pueblo, esas campanas me están poniendo la cabeza, vamos a por ese coche, seguramente es el coche de los del campanario, si me hubierais dejado que me los cargara, otro gallo cantaría.

Llegaron al coche, visto y no visto lo arrancaron haciéndole el puente. Subieron por el camino hasta llegar al palomar, disponiéndose a cargar el botín en el nuevo coche. Pasaron las dos cajas del furgón al coche, entraron en el palomar a coger la imagen de la Virgen- el otro cajón dejarlo, no hay tiempo, ni podemos cargar tanto el coche- dijo la mujer desconocida de Toro con un hijo en el Ferral.

Al terminar de cargar la imagen y subirse en el coche, aparecía por el camino el primer coche del pueblo, el coche donde precisamente venía herido el chico de Malva, que también vive en Zamora y trabaja en una multinacional.

- Hay están, acelera, hay que cerrarles la salida como sea.

Como el camino que daba acceso a la ermita para vehículos y a la postre al palomar, donde se encontraban, no tenía salida, nos les quedó más remedio que dar la vuelta, perdiendo el tiempo suficiente para que el coche que se acercaba de Malva, llegara al mismo tiempo al cruce de éste con el camino Molino, atravesándose para impedir la salida de aquel.

El forastero, con el tabardo en la mano, gallego de Combarro, sacó la pistola por la ventanilla, de una de las puertas traseras del coche, en ese momento asomaban también varios cañones de escopetas de caza, de las ventanillas del coche que del pueblo llegaba, a la par otros coches y algún tractor se acercaba al cruce de los dos caminos.

-- No tenéis nada que hacer, estáis rodeados, tira la pistola, si disparas, os hacemos añicos con las escopetas, no pongáis las cosas más difíciles de lo que están, si os rendís, poco os puede pasar.