In hil tempore había un hombrico de Toro que se llamaba Güasi que venía con un carro de aquéllos que eran como las caravanas del oeste, pero algo más modestos, y vendía fruta, y en su cantinela decía: manzanas, peras (o lo que fuera) y remataba con naranjas mondarinas y de güasinton. De ahí abreviando quedaron en naranjas de güasi. Lo que ya no sé es si por proceder de Washington (cosa que dudo) o porque las traía Güasi, teoría por la que personalmente me decanto.