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MALVA: La parte blanca de la camiseta del Bilbao, está claro...

CRÓNICAS DE UN PUEBLO
De siempre fue importante en la vida de Pon el fútbol y el deporte en general. De pequeño, por el asco que le tenía. Mientras los demás muchachos andábamos todos los días buscando alguien que sacara el balón para ir a dar unas patadas, Pon, si se acercaba a una era y pasaba cerca suyo el balón, le metía un puntapié y lo mandaba to lo lejos que podía de dónde estábamos jugando.
De mozo, mientras iba adquiriendo uso de razón en el Instituto de Toro, se hizo del Athletic de Bilbao, en fútbol y de Marino Lejarreta, en ciclismo. Creo que era para discutir con gente como Javi la Parra, que es del Sevilla, con Alfredo, del Sporting y con Miguel, del Valencia. Otros hinchas furibundos fueron Julio, el de Pivo, del Betis y Toño el Rácano, del Elche.
En el mencionado Instituto de Toro, donde Toño llegó a ser capitán de la trirreserva, Pon trataba de aprobar, con Don Luis, la asignatura de Educación Física. Les mandaban ponerse ropa de deporte y Pon se vestía con una camiseta del Barcelona. El chandal llevaba un escudo, pero no era de equipo ninguno. Era un lamparón del caldo de las lentejas que habían viajado hasta Toro, en el coche de Heliodoro, en el mismo macuto que la ropa y los libros. Bueno perdón, los libros no habían viajado: pasaron la noche en ca la patrona.
Como en esa asignatura no les mandaban coger apuntes, les hacían jugar al fútbol. Si Pon tenía que correr un poco, siempre era en dirección contraria a dónde estuviera el balón, no fuera a ser que le tuviera que dar una patada y todo. Don Luis, que era pequeñico, pero mu rabiao, era el árbitro. Pegado a la banda, deambulaba sin pena ni gloria Tarzán, un personaje muy básico, natural de Pozoantiguo, donde también se le conoce como “Remolacha”. Como su participación en el juego era escasa, Don Luis quiso probar las virtudes del tal Tarzán y, tras pitar una falta, le ordenó:
“-Tarzán, saca la falta.”
“-No puedo, Don Luis, tengo un clavo en el juanete y le doy mal al balón.”
“- ¡Que saques la falta, te digo!
“-Mire Don Luis, que la voy a preparar, que le doy picuda y...”
“- ¡Malo, que saques la falta y te dejes de bobadas!. ¡Piiiiiiii!”
Como no le quedaba más remedio, Tarzán cogió carrerilla y le arreó un punterazo que estampó el balón en la frente de Don Luis que cayó de culo en el suelo.
Pon, sin duda, debió aprobar esa asignatura, al tiempo que aprendía de fútbol y se hacía del Madrid y empezaban a gustarle las quinielas y el carrusel deportivo. Parece mentira porque cuando salíamos de fiesta los domingos en su coche y le pedíamos que pusiera un momento la radio, para saber cómo iba el Madrid o el Bilbao, que era el suyo, empujaba a la cinta del casette y ¡leña con la música!.
Ahora está pendiente de qué jugadores son baja por lesión o por sanción y le llevan los demonios los goles en el descuento.

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La has clavao, solo un pequeño detalle, cuando Pon llegó al instituto de Toro, ya era del Bilbao. Se hizo del Bilbao en el Verbo Divino de Coreses, el motivo fue muy simple. En la panadrería trabajaba el hermano Servulo, era alemán y hacía unos bollos y unos dulces que "paqué las prisas". Yo los recuerdo como los mejores que he comido en mi vida. Pues bien, Servulo, que por cierto hablaba no muy bien el castellano era "os férrime" del Bilbao, y le gustaba mucho que fueran a verlo y le preguntaran por dicho equipo, en recompensa te daba algún bollo.
Y a cuenta de esto no veas los que se hicieron del club de Iribar.

La parte blanca de la camiseta del Bilbao, está claro que viene de lo blanco de los bollos de Sérvulo, pero las listas rojas, a mi no hay quien me saque que le vienen de lo colorao de las alubias o lentejas que llevaba en el macuto. En cuanto dejó de usar el macuto, lo primero que eliminó fue todo lo rojo que se encontrara alrededor.