Pon, sin duda, debió aprobar esa asignatura, al tiempo que aprendía de fútbol y se hacía del Madrid y empezaban a gustarle las quinielas y el carrusel deportivo. Parece mentira porque cuando salíamos de fiesta los domingos en su coche y le pedíamos que pusiera un momento la radio, para saber cómo iba el Madrid o el Bilbao, que era el suyo, empujaba a la cinta del casette y ¡leña con la música!.