Tachuela 55
Pasaron los años, llegó el agua corriente y sin saber como ni cuando desaparecieron todas las fuentes. Que, pena no tener ni siquiera una sola fotografía, solo me queda el recuerdo.
Yo la vi primero.
Este relato me lo recuerdan para mi desgracia casi todos los años en la peña Los Zachos durante las fiestas.
Que le vamos hacer, el que la hace que la pague.
Cerca de la fuente de la cruz por la calle que va hacia la era “Pedrosa” yendo por la puerta de la señora Dominica, íbamos andando Miguel y yo una tarde de verano, si ahora le saco aproximadamente unos dos años, de aquella le sacaría unos veinte centímetros, “resulta y sucede” que vimos una paloma herida junto a la puerta de trillo de la cortina de Doña Eusebia casi al llegar a la era. Miguel salió corriendo y cogió la paloma, todo contento, pero cuando me acerque yo, le quité la paloma y le dije: “Yo la vi primero”, y el pobre Miguel quedó, cantando la caña (Eran otros tiempos, recuerdo que cuando hacía mucho aire, se iba “a la línea”, la línea de alta tensión que hay entre las carreteras de Villalube y Aspariegos por sí caía alguna paloma).
Otra fuente era “La fuente” así llamada a la salida del pueblo en la carretera de Fuentesecas, allí hay un pozo a cielo abierto de donde se sacaba el agua con la soga y el caldero, incluso con las bolsas de pipas “La Pilarica” atadas con juncos; al lado había unas pilas de piedra bastante grandes que servían para lavar la ropa, (no había lavadoras) nosotros jugábamos subidos en ellas, también han desaparecido; todo ello estaba y aun está en una pradera rodeada de chopos.
Allí íbamos todos y todas. A jugar, dormir la siesta, charlar, merendar, ligar, de paseo, después de misa los Domingos, incluso recuerdo un guateque que hicimos una vez con un tocadiscos de pilas.
Del pozo bueno ya se ha dicho mucho, yo quería añadir que fue un sitio de mucho jugar y a lo que más a “tres marinos” con la cochera de mi tía Luisa, uno la velaba y los demás se escondían del lado donde está la puerta, así de simple. Otro pasatiempo era cuando llenaban los pilones de agua para el ganado, que dejaban que se desbordaran y corría el agua calle abajo, entonces hacíamos las “mariadas”, se trataba de hacer pequeñas presas con la tierra para retener el agua; las calles no eran de cemento.
Partiendo de las alcantarillas “del paseo” regato abajo en invierno y primavera, cuando traía agua jugábamos a tirar un palo al agua cada uno, tratando de que la corriente llevara a tu palo y este llegara el primero a un sitio determinado. Teníamos que estar pendientes de que no se parara al tocar la orilla ó con algún hierbajo empujándolo hacia la corriente.
(Al lado de “las alcantarillas” dentro de la tierra que esta a la izquierda de la carretera había una especie de depósito muy grande tipo piscina al aire libre, donde bajábamos a jugar, siempre estaba seco y no se ni quién ni para que se hizo el depósito).
Entrando en el pueblo este regato se junta con el que viene de “la fuente” que lo cruza el “puente de los Hierros”, donde jugábamos a pillar, a ulla hulla que quiere el gato, viaje al fondo del mar, etc. Y cuando llovía nos servia de refugio pues uno de los dos ojos, casi siempre estaba seco. Un buen lugar para fumar y hacer hogueras.
También desaparecieron “las piedras”.
Pasaron los años, llegó el agua corriente y sin saber como ni cuando desaparecieron todas las fuentes. Que, pena no tener ni siquiera una sola fotografía, solo me queda el recuerdo.
Yo la vi primero.
Este relato me lo recuerdan para mi desgracia casi todos los años en la peña Los Zachos durante las fiestas.
Que le vamos hacer, el que la hace que la pague.
Cerca de la fuente de la cruz por la calle que va hacia la era “Pedrosa” yendo por la puerta de la señora Dominica, íbamos andando Miguel y yo una tarde de verano, si ahora le saco aproximadamente unos dos años, de aquella le sacaría unos veinte centímetros, “resulta y sucede” que vimos una paloma herida junto a la puerta de trillo de la cortina de Doña Eusebia casi al llegar a la era. Miguel salió corriendo y cogió la paloma, todo contento, pero cuando me acerque yo, le quité la paloma y le dije: “Yo la vi primero”, y el pobre Miguel quedó, cantando la caña (Eran otros tiempos, recuerdo que cuando hacía mucho aire, se iba “a la línea”, la línea de alta tensión que hay entre las carreteras de Villalube y Aspariegos por sí caía alguna paloma).
Otra fuente era “La fuente” así llamada a la salida del pueblo en la carretera de Fuentesecas, allí hay un pozo a cielo abierto de donde se sacaba el agua con la soga y el caldero, incluso con las bolsas de pipas “La Pilarica” atadas con juncos; al lado había unas pilas de piedra bastante grandes que servían para lavar la ropa, (no había lavadoras) nosotros jugábamos subidos en ellas, también han desaparecido; todo ello estaba y aun está en una pradera rodeada de chopos.
Allí íbamos todos y todas. A jugar, dormir la siesta, charlar, merendar, ligar, de paseo, después de misa los Domingos, incluso recuerdo un guateque que hicimos una vez con un tocadiscos de pilas.
Del pozo bueno ya se ha dicho mucho, yo quería añadir que fue un sitio de mucho jugar y a lo que más a “tres marinos” con la cochera de mi tía Luisa, uno la velaba y los demás se escondían del lado donde está la puerta, así de simple. Otro pasatiempo era cuando llenaban los pilones de agua para el ganado, que dejaban que se desbordaran y corría el agua calle abajo, entonces hacíamos las “mariadas”, se trataba de hacer pequeñas presas con la tierra para retener el agua; las calles no eran de cemento.
Partiendo de las alcantarillas “del paseo” regato abajo en invierno y primavera, cuando traía agua jugábamos a tirar un palo al agua cada uno, tratando de que la corriente llevara a tu palo y este llegara el primero a un sitio determinado. Teníamos que estar pendientes de que no se parara al tocar la orilla ó con algún hierbajo empujándolo hacia la corriente.
(Al lado de “las alcantarillas” dentro de la tierra que esta a la izquierda de la carretera había una especie de depósito muy grande tipo piscina al aire libre, donde bajábamos a jugar, siempre estaba seco y no se ni quién ni para que se hizo el depósito).
Entrando en el pueblo este regato se junta con el que viene de “la fuente” que lo cruza el “puente de los Hierros”, donde jugábamos a pillar, a ulla hulla que quiere el gato, viaje al fondo del mar, etc. Y cuando llovía nos servia de refugio pues uno de los dos ojos, casi siempre estaba seco. Un buen lugar para fumar y hacer hogueras.
También desaparecieron “las piedras”.