MALVA: Montamarta...

Montamarta
La incesante lluvia que cayó en todo momento no fue ayer impedimento para que el "quinto" Pedro Pelaz Folgado, de 18 años, reviviera ayer la ancestral tradición de dar vida al "Zangarrón" de Montamarta del "Día del Año".
Pocos en el pueblo recordaban un día tan aciago como el de ayer. «Frío si, con niebla también, pero lloviendo tanto, la verdad es que cuesta recordarlo. Ha sido un pena», explicaba un vecino. Pero esto no echó para atrás a Pedro Pelaz que iniciaba pronto sus carreras por la localidad, a las nueve menos diez de la mañana.
Antes sobre las cinco de la madrugada el "diablo" fue despertado por los mozos y conducido a la casa de los quintos donde comenzó a confecionarse la peculiar indumentaria. Una tarea que dura entre dos horas y media a tres. Careta negra, pantalón marrón y amarillo, el tridente, más sobrio que el del "Día de Reyes" pero igual de impresionante al verlo correr por la localidad acompasado con el sonido de los cencerros.
Durante las aproximadamente seis horas que duró el ritual el "Zangarrón" recorrió bajo la lluvia todas las calles del pueblo acompañado por el característico sonido de los cencerros que lleva atados a su espalda.
Sobre las doce la mañana llegó a la ermita de Montamarta donde esperó al resto de los quintos y a la Corporación Municipal, a la cual recibió con una reverencia y tres saltos. Después envuelto en dos mantas Pedro Pelaz esperó cansado, pálido y empapado en el pórtico su entrada al templo.
«Es algo muy emocionante, para todos, pero sobre todo para la familia. Más cuando también ha sido zangarrón mi hijo el mayor», explicaba la madre de Pedro.
El aguinaldo del pueblo fue bueno y con él el mozo deberá invitar a cenar al resto de los quintos que este año está compuesto por siete chicas y tres chicos. En estos días de fiestas destacan por las vistosas capas y por el porte de una vistosa flor confeccionada con cintas de colores.
Durante la celebración de la misa se produjo la indisposición de uno de los quintos que tuvo que abandonar el templo y ser auxiliado tras sufrir un leve desvanecimiento.
El "Zangarrón" al ser, mitad hombre, mitad diablo, no entrará a la iglesia hasta que haya finalizado la comunión y las quintas hayan ofrendado las dos hogazas de pan que atravesó con éxito con su tridente. Entonces entrará y saldrá del templo de cara al altar haciendo las tres "venias": una al entrar en la ermita, otra en la mitad del recorrido y la tercera al llegar al altar. Después vuelta al pueblo donde realizó unas espectaculares y a la vez arriesgadas carreras, a causa del agua acumulada en el pavimento, por la plaza donde corrió detrás de los hombres, a los que si coge atizará tres veces en la espalda con su tridente.
Idéntico ritual vivirá Francisco García Serrano el "Día de Reyes" lucirá, en esta ocasión, una careta roja y también una pernera roja en lugar de marrón. La vestimenta va además adornada con más cintas y flores de colores que en el Año Nuevo.
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